Paula y Mikel. Una historia cualquiera.

Paula era una mujer de 55 años atractiva de pelo canoso, y ojos bonitos.
Tenía una tienda de flores y plantas, todos los lunes, entraba un cliente, a comprar una planta. Se llamaba Mikel, de ser un cliente fijo, paso a ser casi amigo, tendría unos treinta y cinco años, era moreno, de mirada oscura y profunda, muy atractivo.

Paula no podía dejar de pensar, en que suerte tenía la mujer a la que el le llevaba las plantas, todas las semanas.
Una vez le preguntó para quien eran, y el le contestó, con una sonrisa, que para alguien muy especial.

De eso hacía casi dos años, alguna vez el le traía un cafe, y charlaban de todo un poco. Ella se sentía muy bien con el, esperaba a los lunes y sus chalas, como algo ya neceario para vivir.

Pero llego un lunes y el no vino, ni al siguiente lunes, no al otro. 
Paula estaba preocupada y triste.
Llegó el viernes, estaba cerrando la tienda y apareció el, de sorpresa. 
-Paula, vengo a buscarte. quieres cenar conmigo?
-Mikel! donde has estado? a cenar? donde?
-Por favor, Paula, ven, y te lo explico todo.

Subieron a su coche y fueron por el camino de la costa, a ella siempre le gustó esa zona. Estaba intrigada y nerviosa, en el coche hablaron de cosas del dia a dia, pero se notaba que el también estaba nervioso. 

Llegaron a un camino, cerca de la playa y subieron por el hasta un portal, le dijo que era su casa, bajaron del coche. Y ella se encontro con un jardín precioso, con una casa bonita y blanca en el centro. 

Entraron, y el se la enseño, era calida, acogedora, un hogar. 
La llevo a una galería, tipo invernadero, y alli estaban todas las plantas que había comprado en esos años. Era una preciosidad. 
El se quedó embobado viendola y le dijo : -Esto es para ti, es mi lugar especial, es nuestro hogar, creado para ti y para mí. Me acompañas por el resto de la vida? 

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